
4 herramientas que te permitirán ser más eficiente en tu gasto mensual
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Llegar a fin de mes no siempre es fácil y, para ello, saber cómo ahorrar resulta fundamental.
Según el Instituto Nacional de Estadística, este año en España sólo un 6,5% de la renta disponible, es decir, la que queda tras haber pagado los impuestos correspondientes, se ha destinado al ahorro, una de las cifras más bajas desde el 5,8% que se registró en 2008 con la irrupción de la crisis.
Estos son algunos medios prácticos para aumentar la capacidad de ahorro de forma progresiva y teniendo en cuenta unas condiciones realistas que, por supuesto, se pueden ajustar conforme va avanzando el tiempo y la situación económica y personal pueda cambiar.
Método Kakebo
El método Kakebo tiene su origen en Japón y en España se popularizó hace unos años ante la simplicidad de su elaboración. Se trata de una forma de gestión de los gastos domésticos que se fundamenta en la constancia y honestidad de ir apuntando en una libreta los gastos e ingresos, tanto fijos como diarios, para cada mes realizar un balance, comprobar en qué se ha empleado el dinero y reflexionar sobre cómo mejorar en el futuro.
Reto de las 52 semanas
Este sistema, importado de Estados Unidos, tiene cada vez más más adeptos en todo el mundo. Su funcionamiento es sencillo: consiste en ahorrar cada semana el número de euros correspondientes al número de la semana, es decir, la primera semana un euro, la segunda semana dos… hasta la última semana, 52 euros. Aunque las últimas semanas pueden resultar más duras, los resultados merecen la pena pues se llegan a ahorrar unos 1.378 euros al año.
También está la posibilidad de realizar este reto de forma inversa, comenzando a ahorrar la cantidad mayor al inicio e ir reduciéndola semana a semana, pues al principio es cuando más se suele estar motivado y, de esta forma, no resultará tan grande el esfuerzo.
Método Harv Eker
Harv Eker propone en su libro “Los secretos de la mente millonaria” (2005) un método que revolucionó en su día la forma de ahorrar. La principal diferencia de este sistema es que se realiza de manera anticipada, es decir, se plantea antes de realizar los gastos. Consiste en dividir el dinero en varios apartados, dedicando:
- Un 55% a las necesidades básicas (comida, facturas…).
- Un 10% al ahorro.
- Un 10% para formación (tanto a nivel profesional, como personal con libros, cursos…).
- Un 10% para inversiones a largo plazo (en previsión de gastos más grandes en un futuro).
- Un 10% en ocio y entretenimiento, pues también es necesario darse algún capricho de vez en cuando.
- Un 5% para donativos.
Aplicaciones móviles
Actualmente existen distintas apps cuyo objetivo es ayudar a ahorrar de formas variadas.
Fintonic, una de las más populares, se basa en el control de ingresos y gastos. Funciona como una base de datos en la que, a través de gráficas y balances mensuales con un diseño muy visual, se puede consultar cuánto y en qué se emplea el dinero, mediante la categorización de los gastos. Una de las mayores ventajas es que se pueden sincronizar cuentas de diferentes entidades por lo que la propia aplicación avisa de cargos duplicados, descubiertos o comisiones.
MyValue es una app que cuenta con el respaldo del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Su funcionamiento es semejante al de Fintonic en cuanto a la gestión de gastos e ingresos, pero MyValue, además, ofrece la posibilidad de fijarse objetivos de ahorro personalizado e ir controlando cuánto tiempo queda para conseguirlos.
Por último, y aunque no es una aplicación móvil, SaveList es una herramienta muy útil si realizamos compras por internet. Se trata de una extensión del navegador que nos permite comparar el precio de varios productos en diferentes webs, se pueden ir guardando los artículos e, incluso, activar alertas para cuando su precio es rebajado.