
Los monovolúmenes son los coches que más se deprecian
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Una de las peores consecuencias de comprar un coche nuevo es que nada más salir del concesionario su valor cae un 25%, de media, durante el primer año. Esto es un drama para quien piensa sacar beneficio de una posible venta en el mercado de segunda mano, a los pocos años de comprar el coche.
La depreciación más importante en la vida de un coche se da, precisamente, al finalizar ese primer año. En algunos casos, la caída en el valor del vehículo supera el 40%. Es verdad que es en casos extremos, porque lo normal es que ese valor de depreciación se alcance pasados tres o cuatro años. Si nos vamos a las medias, entre el segundo y quinto año de antigüedad de un coche se pierde de media entre un 30,9% y un 54,1%: tras cinco años, la mayoría de los coches valen menos de la mitad de lo que costaron.
De entre todos los tipos de coche, los monovolúmenes son aquellos que pierden más valor pasado ese lustro inicial. De hecho, superan con creces la media que indicábamos al principio del artículo, puesto que solo el primer año pierden valor en un 36,2%, llegando a perder hasta un 63,9% de su valor inicial pasados cinco años. ¿Las razones? Seguramente sean razones muy subjetivas, aunque teniendo en cuenta que suelen ser coches familiares (en muchos casos, de familias con niños pequeños) y que se da una constante renovación de modelos, podríamos tener ahí la clave.
En el otro lado de la balanza se sitúan los coches del segmento micro. Este segmento está caracterizado por vehículos muy pequeños, de tres metros o menos de longitud, y suelen tener solamente espacio para conductor y acompañante, nada más. Un ejemplo de coche de segmento micro sería el smart fortwo. Pues bien, en estos casos la depreciación es mínima, al menos en los tramos iniciales: un 12,3% el primer año y un 20,1% el segundo. Eso sí, pasados los cinco años se pero llegan a valer hasta un 46,8% menos transcurridos cinco años.
Factores por los que se deprecia el valor de un coche
No todos los coches de un mismo segmento se deprecian por igual. Existen muchos factores que influirán en esa caída de valor, y no solo dependerá del estado general del coche. La situación económica del país tiene un gran peso en este fenómeno, igual que la moda. Por otro lado, factores aparentemente menores influyen mucho en el valor de un coche de segunda mano, y el color es uno de ellos. Cuanto más llamativo o poco corriente sea un color, más valor resta al coche.
Los propietarios pueden tener algo de previsión controlando ciertos factores del vehículo. Es decir, existen algunas cosas en las que sí podemos influir en la depreciación futura, mientras que otras (las modas o la economía del país) son ajenas a nosotros. Los extras que adquiramos con el coche son elementos que aumentan el valor del mismo, pero especialmente si se trata de extras en seguridad.
Aparte de la edad del coche (factor principal en la depreciación), el kilometraje es también determinante. A mayor cantidad de kilómetros, menos valor en el mercado de segunda mano. Es pura lógica. El tipo de combustible o el consumo del coche hay que tenerlos en cuenta, también, así como si ha dormido en un garaje, o siempre ha estado en la calle, a la intemperie.