Tarifas sin permanencia… ¿y si compro un móvil?

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Tener libertad para hacer lo que quieras, ser independiente, no tener ataduras, poder ir de acá para allá en el momento que te plazca ¿suena bien verdad? Pues no es solo una situación idílica y bucólica sino que es una situación real. Tan real como la vida misma, las permanencias en los contratos de tarifas móviles son cada vez más parte de la historia de las empresas de telecomunicaciones en España.

Antes se firmaban contratos que suponían una permanencia obligatoria en la compañía. De esta manera las empresas se aseguraban que los clientes permanecerían en la tarifa si no querían pagar una penalización que solía ser de un importe alto (en torno a los 200 euros).

Ahora sin permanencias

Eso era el antes, el “ahora” es bien distinto afortunadamente para los consumidores y usuarios. Las compañías ahora confían en que el servicio que proporcionan es el mejor que el cliente puede desear y por lo tanto no necesitan de una permanencia para que los clientes sigan en su compañía.

Además no solo creen en que la tarifa ofertada es buena en relación calidad-precio, sino que el hecho de que no haya permanencia es tomado como un valor añadido. Es decir, la posibilidad de decidir cambiar de compañía en el momento que se quiera, es un aspecto que el cliente tiene en cuenta a la hora de decidirse por una compañía u otra. El no tener permanencia es tomado como un factor tan importante como el precio, ya que significa no pagar penalizaciones ni tener que esperar todo un periodo de tiempo para cambiar un contrato.

Si compras un móvil…

La situación idílica cambia o se esfuma si somos de los que queremos comprar un terminal junto con una tarifa determinada. Es en este momento en el que la temida permanencia vuelve a aparecer.

La compañía en esta ocasión te da la opción de comprar un teléfono móvil de manera financiada, es decir, con la posibilidad de poder pagarlo a plazos durante un periodo de tiempo, que será en la mayoría de los casos el tiempo estipulado para la permanencia. Como la operadora te da esa facilidad, a cambio establece un compromiso de permanencia (12 o 18 meses generalmente) con el que asegurarse el pago del teléfono y de la tarifa contratada.

Compañías que asumen la penalización

Otra de las fórmulas para poder librarte de un contrato es pagar la penalización por la permanencia que se adquirió en su tiempo. Como se ha dicho anteriormente suelen ser penalizaciones que suponen un daño al bolsillo importante, en torno a los 200 euros. Pero hay clientes que no están dispuestos a pagar semejante cantidad y que por lo tanto deben estar todo el tiempo que la permanencia establece.

Para combatir este hecho, hay compañías que han optado por hacer frente a esa penalización económica, de tal modo que el consumidor no tenga que abonar esa cantidad y pueda cambiarse de operadora sin más preocupaciones. Sin duda es otra opción, ya que el cliente finalmente no tendría que desembolsar tales cantidades y sigue teniendo esa “libertad”. Pero no todas las operadoras hacen frente a este gasto, una que sí lo hace es Jazztel, tal y como lo anuncia en su publicidad, teniendo un tope máximo de 150 euros para la penalización, y solo si se contrata una tarifa determinada.

La libre elección de cambiar de compañía está a nuestro alcance, el no tener permanencias es un valor muy a tener en cuenta para elegir la compañía que te proporcionará los servicios de telecomunicaciones. ¿Tú qué valoras?

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