
Una tarifa plana no es lo mismo que un bono de datos
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Muy a menudo se comete un pequeño error al hablar de las tarifas de datos móviles, y es el de hablar de tarifa plana cuando estamos hablando de un bono de Internet. Yo mismo incurro en ese error alguna vez, lo reconozco, y ahora que está en boca de todos el hecho de que las tarifas de datos infinitas van a desaparecer, esas que tan solo bajan la velocidad de conexión cuando gastamos el volumen que contratamos, creo que merece la pena hablar de la diferencia entre tarifas planas y bonos de datos.
A lo mejor piensas que esto solo es una excusa del lenguaje, que una tarifa plana y un bono de datos pueden ser lo mismo, pero no lo son. Ni por asomo. Una tarifa plana es, sencillamente, un servicio por el que pagamos una cantidad de dinero y del que disfrutamos sin límites durante un período de tiempo. Y eso significa que la calidad de dicho servicio no puede disminuir bajo ninguna circunstancia, porque si lo hace está yendo en contra de la propia definición de tarifa plana.
Un bono de datos es, por otro lado, un servicio por el que, mediante el pago de una cuota, disfrutamos de una cantidad determinada de megabytes durante el período de facturación, y que durante ese período la calidad del servicio es máxima. El problema viene, en realidad, cuando una compañía vende un bono de Internet como una tarifa plana sin serlo. Cuando una compañía dice que sigues teniendo conexión a Internet desde el móvil, pero con una «lógica» reducción de velocidad, lo que está haciendo es competir contra la competencia, y sobre todo prometer «duros a cuatro pesetas».
Si hasta ahora me regalaban la conexión, ¿por qué me quieren cobrar?
Esa es la pregunta lógica de un cliente que disfruta de un servicio gratuito cuando pretenden comenzar a cobrar por ello. Eso sí, permitidme que dude que una conexión de datos a 64 kbps, hoy en día, satisfaga a nadie. Sí a quienes utilicen servicios ligeros como WhatsApp, pero no a quien haga uso intensivo de la red de datos. El problema que quiero mostrar entre líneas es que se nos ha acostumbrado a que la conexión de datos una vez superado nuestro bono es gratis. Y no lo es, nada es gratis en este mundo.
En este punto aviso de que puede que el tono de este post esté calentándose, pero me parece que es un error haber acostumbrado a los clientes a disfrutar gratis de un servicio que tiene coste, y que ahora que aparece en escena la 4G de telefonía, se vea evidente que ese modelo no es sostenible. Señores, convenzan ahora a sus clientes de que esto no puede seguir así. Convenzan a la gente de que un bono de 10 GB de datos es «navegación ilimitada» desde el punto de vista del 4G.
Imaginemos que tenemos un bono para ver 10 películas de cine, en butacas reservadas y en un número de salas a elegir por todo el país. ¿Pretenderíamos que, una vez agotado el bono, nos dejasen seguir viendo películas por una mirilla, desde fuera de la sala?
Una tarifa plana debe ser un servicio que permita un uso ilimitado de recursos durante un período de tiempo. Si no se está en condiciones de proporcionar ese servicio, no se puede ni ofrecer, ni hablar de tarifa plana. Si se empieza hablando de bonos, si se ofrecen buenos precios y la posibilidad de excederse pagando un precio razonable, todo el mundo estaría acostumbrado a ello. La situación actual de moderada indignación que se respira por foros y por las redes sociales solo existe porque, desde el principio, no se dijeron las cosas claras. Y porque no se hizo grande la letra pequeña.