
¿Qué son los gastos vampiro y cómo puedo evitarlos?
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La vida está muy cara. Se trata de una de las expresiones más habituales en la actualidad, y no es para menos. Según los últimos datos del Índice de Precios del Consumo (IPC) del INE, en el mes de abril la inflación fue del 4,1%, lo que supone un aumento de ocho décimas en su tasa anual.
Hay que tener en cuenta que el precio de los alimentos no para de subir. Si bien es cierto que según los últimos datos del INE el aumento ha sido menor que en el mes de marzo, el precio de los alimentos sigue con esa tendencia alcista.
No es el único gasto que nos afecta en el día a día. Las personas que cuentan con una hipoteca variable, por ejemplo, están sufriendo los estragos de un euríbor en positivo. De hecho, la cuota de las personas a las que les tocó revisar su hipoteca variable durante el mes de abril ha subido entre 290 y 960 euros, lo que puede suponer un duro golpe para el bolsillo de estas familias.
¿Y qué se puede hacer ante esta situación? Los ciudadanos no podemos combatir la inflación, pero sí que podemos tomar medidas para que nuestro bolsillo sufra menos. Una de ellas es suprimir los conocidos como gastos vampiro
¿A qué nos referimos con los gastos vampiro? Se trata de un desembolso de dinero inesperado que hacemos sin darnos cuenta. Los vamos haciendo poco a poco, como un vampiro que va absorbiendo la sangre gota a gota, de ahí el nombre de este concepto.
Cuando hablamos de gastos vampiro nos referimos a:
- Contratar una tarifa móvil con más prestaciones que las que usamos.
- Tener una tarifa de luz con potencia más alta de la necesaria.
- Pagar las comisiones de tarjetas de crédito que no utilizamos.
- Estar abonados a un gimnasio al que nunca vamos.
El problema de los gastos vampiro es que no son fáciles de detectar. Dicho de otra manera, podemos tenerlos aunque no lo sepamos.
¿Cómo podemos combatirlos? Debemos hacer un balance detallado de todos nuestros gastos e ingresos mensuales. Es entonces cuando tendremos que fijarnos en el apartado de los pagos.
Durante nuestro análisis lo que tenemos que pensar es lo siguiente: “¿Utilizo todas las prestaciones de este servicio que estoy pagando?”. Si la respuesta es no debemos atajarlo de dos maneras:
- Reducir el gasto en ese apartado: si de lo que nos percatamos es que sí que utilizamos el servicio, pero no en su totalidad, podemos reducirlo. Se podría aplicar a las tarifas telefónicas, por ejemplo.
- Quitarnos ese coste: en el caso de que no usemos el servicio en ningún caso tendremos que eliminarlo. Si no vamos al gimnasio es mejor quitarnos esa subscripción, por ejemplo.
Ojo también con los gastos hormiga o fantasma
Cuando hacemos un balance de nuestros ingresos y gastos no solo hay que detectar los gastos vampiro. También deberíamos prestar atención a otros costes que podemos englobar en estos dos conceptos:
- Gastos hormiga: se trata de pequeños gastos diarios no planificados. El café de la mañana, las compras impulsivas, etc.
- Gastos fantasma: se denominan de esta manera por ser gastos prácticamente invisibles. Hacen referencia al consumo de los aparatos electrónicos que, aunque estén apagados, al seguir conectados a la corriente siguen generando algo de gasto.
Al eliminar los tres tipos de gastos mencionados de nuestras finanzas del día a día nos percataremos de que conseguimos ahorrar más dinero cada mes. Es por ello que es recomendable hacer un balance de nuestra situación financiera. De esta manera tendremos el control total de nuestro dinero.
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