
Bonos estructurados: qué son y cómo funcionan
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Un ‘bono estructurado‘ es un producto financiero de inversión con un plazo fijado de antemano, que permite al inversor la posibilidad de conseguir una rentabilidad vinculada a la evolución de un determinado activo (una cesta de tres acciones, por ejemplo).
A diferencia de un depósito estructurado, la nota o bono estructurado no goza de la protección del Fondo de Garantía de Depósitos, lo que afecta a su riesgo: además de perder capital por la propia configuración financiera del contrato pactado, se puede perder el capital invertido si el emisor o garante quiebra o tiene otro tipo de problemas económicos.
La característica común a los productos estructurados es la existencia de un activo de referencia al que se vincula la rentabilidad final del producto, o la posible pérdida de capital en su caso.
A este elemento externo se le denomina «activo subyacente«, pudiendo utilizarse gran variedad de activos para tal fin: índices bursátiles, acciones, fondos de inversión, materias primas, tipos de cambio o tipos de interés, entre otros.
Cómo funcionan
Las notas o bonos estructurados son consideradas un producto híbrido (producto complejo a efectos de MiFID) que se construye a través de dos o más instrumentos financieros, entre los que destacan:
- Un activo de renta fija que es lo que proporcionará la protección y devolución del capital, en el caso de productos con capital protegido a vencimiento (pacto que no se da en la nota estructurada analizada).
- Un instrumento derivado, normalmente opciones, que permiten a la entidad emisora ligar la rentabilidad del producto a un activo.
De los diferentes tipos de notas o bonos estructurados, citar:
- Bonos con capital protegido a vencimiento: el capital o un porcentaje del capital están garantizados a vencimiento. Serían los bonos más seguros de su categoría.
- Bonos con participación sobre el activo subyacente: se vincula la rentabilidad del estructurado a la evolución de un activo subyacente. Para ello, se determina un factor de participación que servirá para calcular el interés final devengado por el producto, normalmente este factor se encuentra entre un 70% – 100% de participación en la evolución del subyacente.
- Bonos con cupones digitales: pagan un cupón determinado de antemano si el activo subyacente alcanza un nivel prefijado en alguna de las fechas de observación designadas.
- Bono reverse convertibles: son productos estructurados con un plazo de inversión corto (1 a 2 años), sin el capital protegido y que paga una rentabilidad fija a vencimiento. La devolución del capital invertido se vincula al comportamiento de un activo subyacente, normalmente una acción individual. Los reverse convertibles suelen contar con barreras de protección de capital que establecen la caída máxima que podrá tener la acción para que los inversores no vean convertido su capital en acciones del subyacente. En caso de conversión, los inversores obtendrán acciones devaluadas en la misma proporción a la caída del subyacente desde el inicio del producto.