
5 características de una cuenta bancaria (que puedes no conocer)
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Las cuentas bancarias son productos esenciales a la hora de realizar cualquier tipo de gestión con el banco, desde la más simple a la más compleja. Pero en el momento de contratar una, pueden surgir dudas sobre los aspectos a tener en cuenta para valorar las distintas ofertas que existen en el mercado.
Tipos de cuentas bancarias
Existen diferentes tipos de cuentas bancarias, por eso hay que tener muy presente cómo y para qué se van a utilizar.
Cuenta corriente: se trata de una cuenta básica para realizar operaciones cotidianas como ingresos, pagos, domiciliaciones de recibos, transferencias o retiradas de efectivo en cajeros automáticos. Se denomina también depósito “a la vista” ya que el titular puede retirar el dinero en cualquier momento. Es un producto principalmente operativo y no tanto enfocado para el ahorro.
Cuenta remunerada: es similar a la cuenta corriente, pero la principal diferencia es que el dinero depositado genera una pequeña cantidad en la cuenta, es decir, con el paso del tiempo se recibe remuneración por tener en ella los ahorros.
Cuenta nómina: se trata de una variante de la cuenta corriente en la que, como requisito imprescindible, se exige la domiciliación de la nómina o pensión del titular. A cambio, la entidad ofrece ciertas ventajas como reducción de comisiones, regalos o promociones varias.
Las comisiones
Como cualquier otro producto bancario, la contratación de una cuenta conlleva unos determinados gastos por comisiones. Los más habituales suelen ser: por mantenimiento y administración (se cobra de forma periódica, cubre el servicio de atención y administración de la cuenta) y por descubierto (se aplica cuando la cuenta está “en números rojos”, es decir, cuando no hay saldo suficiente).
Sin embargo, cada entidad bancaria aplica diversas comisiones según el criterio y las condiciones de la cuenta, como por ejemplo, por apertura o cierre, por reclamación de posición deudora, por emisión, uso y renovación de las tarjetas, o por distintos servicios.
Por todo ello, uno de los puntos clave para escoger una cuenta bancaria es buscar aquella que ofrezca “cero comisiones”, para lo que es muy útil utilizar comparadores bancarios como iAhorro.
Los productos asociados
Las tarjetas, ya sean de crédito o débito, están vinculadas a una cuenta bancaria. Mientras que las de débito siempre van unidas a las cuentas de la misma entidad, las de crédito se pueden obtener en entidades diferentes.
Dependiendo del banco, estos productos pueden ofrecerse de forma gratuita, como Banco Mediolanum con su Cuenta Cero, o cobrar alguna comisión por ellos.
Las hipotecas, los depósitos y los préstamos también deben vincularse a una cuenta bancaria, pues es donde se realizarán los pagos de las cuotas o los ingresos. Las condiciones de estos productos pueden mejorar según se vinculen en mayor o menor medida con la entidad que los concede.
La titularidad
En una cuenta bancaria puede haber uno o varios titulares, que son los responsables de ella. En el caso de que haya más de un titular, pueden darse dos opciones: que la cuenta sea conjunta o mancomunada, es decir, que se necesite la firma de todos los titulares para realizar cualquier operación, o bien, que la cuenta sea indistinta, donde cualquiera de los titulares puede realizar operaciones sin necesidad de la firma de los demás.
En cualquier caso, también se puede nombrar a personas autorizadas, o lo que es lo mismo, personas que pueden utilizar libremente la cuenta, pero que no responden por ella en caso de fiscalidad o descubierto.
Plataformas online
Otro aspecto que se debe tener en cuenta a la hora de escoger una entidad u otra para abrir una cuenta es si dispone de plataformas online, ya que se puede ahorrar no sólo tiempo en las gestiones, si no dinero en ciertos servicios, como la correspondencia que de forma tradicional suele tener un coste asociado.