
La prima de riesgo: un ejemplo de la vida real
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Hoy en día leemos por todos lados y escuchamos a diario en todos los Informativos el término “prima de riesgo”. Además, como en la actualidad parece que todos entendemos de economía y de fútbol, no hacemos más que hablar de ella como el que conoce a una hermana, un tío o un amigo de la familia.
Pero, ¿a qué se llama “prima de riesgo”? Lo mejor es explicarlo con un ejemplo muy sencillo. Veamos: A mí me gusta practicar deporte, sobre todo hacer kilómetros corriendo, practicar running, que queda como más moderno. Resulta que quiero comprarme unas zapatillas nuevas y no tengo dinero. Necesito, por tanto, pedir los 100 euros que me cuestan las zapatillas. Me dirijo a mi amigo y compañero Pepe, que sé que es una persona con trabajo y que seguro tiene unos ahorrillos, y se los pido:
– Yo: Oye, Pepe, ¿me dejas 100 euros para comprarme unas zapatillas de running?
– Pepe: ¿100 euros?
– Yo: No te preocupes. A principios de mes cuando cobre la nómina, te los devolveré y, además, te daré un 1% de rentabilidad.
Mi amigo Pepe ya se lo está pensando. Él me considera una persona seria y responsable, está seguro y confía en que va a recuperar sus 100 euros y, si encima gana un 1% extra, pues ¡mejor que mejor!
Yo ya me estoy viendo con mis zapatillas nuevas gracias a la financiación de mi amigo Pepe, pero cuando me va a hacer entrega de los 100 euros aparece en escena un atleta desconocido y le dice a mi amigo:
– Desconocido: ¡Pepe, espera! Dame los 100 euros a mí para comprarme las zapatillas. No te preocupes, ahora a primeros de mes cuando cobre la nómina te los devuelvo y, además, te doy un 4% de rentabilidad.
– Pepe: ¿un 4% de rentabilidad?
Mi amigo Pepe ahora tiene sus dudas, no entiende cómo hay tanta diferencia de rentabilidad. Si invierte en mí sabe que no tendrá problemas para recuperar sus 100 euros y obtiene un 1%, pero si invierte en el desconocido gana un 4%.
Pues bien, a ese exceso o plus de rentabilidad que obtiene invirtiendo en un desconocido respecto a una inversión segura como soy yo, se le llama prima de riesgo. Y ya está, no hay que complicarse más.
En este caso la prima de riesgo del desconocido respeto a la inversión más segura es de 300 puntos básicos (la diferencia de rentabilidad del 3%). En Europa se considera una inversión segura comprar un bono alemán porque se confía en que el estado alemán devolverá a sus inversores su dinero aún con una rentabilidad muy baja (¡qué contentos estarán los alemanes!).
Sin embargo, los inversores consideran que invertir en un bono español es más arriesgado, pues no se confía en que el estado español pueda devolver el dinero más la rentabilidad (desde luego a los tipos actuales es complicado).
Si España tiene que pagar más rentabilidad a los inversores para captar dinero, España se endeuda más y, por tanto, tiene que subir impuestos, recortar en sanidad, educación… Y esto es algo que no nos gusta.
La prima de riesgo es un concepto que ha existido y seguirá existiendo siempre, no es nada nuevo, no nos alarmemos. Creo que todos, con esfuerzo, podemos hacer que baje su nivel, que disminuya esa diferencia de rentabilidad. ¿Cómo? Con confianza, algo complicado en los tiempos que corren mientras no se tomen las medidas adecuadas. Jesús Marín Pinilla Colaborador de Banqmi by iAhorro