
¿Por qué en verano sube la luz?
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Desde que en 2014 se estableció el nuevo sistema de fijación de precios de la luz, basado en subastas horarias, se cumple una máxima, en verano, sube la luz. Aunque la parte fija del precio se mantenga, la variable cambia de precio porque se juntan dos motivos. El primero, el consumo suele subir, muy relacionado con un mayor uso de sistemas de aire acondicionado. El segundo, la energía que se pone a la «venta» sube de precio.
Para generar electricidad se utilizan distintos métodos con un coste muy dispar entre ellos. Es barata la que se genera por energías renovables como la eólica y la hidráulica, también es barata la nuclear, pero en España su generación cubre un porcentaje muy bajo con respecto a las necesidades, y es más cara la térmica, especialmente la que se utiliza el carbón. En invierno, la generación mayoritaria, a veces en su totalidad es por energías renovables. Con ello, llega una energía barata al mercado. Pero en verano, sin lluvias que permitan abrir las compuertas de los embalses y con mucho menos viento que mueva los parques eólicos no queda más remedio que poner en funcionamiento energía cara y con ello pagar más por la parte variable de la factura de la luz.
¿Qué puede hacer el consumidor?
Es importante analizar las diferencias entre invierno y verano y optimizar a partir de ellas el consumo. Como regla general, de lunes a viernes, la luz es más cara a última hora de la mañana, de 12:00 a 13:00, coincidiendo con el mayor uso de aires acondicionados en oficinas (por la tarde muchas empresas cierran) por lo que es mala idea cocinar a estas horas, es preferible preparar platos fríos en momentos más baratos. También cambia el segundo momento más caro, el de la noche. Si en invierno el punto máximo está entre las 20:00 y las 21:00, en verano cambia y se desplaza más tarde, entre las 22:00 y 23:00. Si usas lavadora y lavavajillas, electrodomésticos de gran consumo eléctrico, por la noche, deberás hacerlo más tarde.
Además no hay que olvidar otros consejos relacionados con el aire acondicionado. En verano bastará con tener las estancias entre 22º y 26º. Cada grado que bajemos de los 22º, temperatura adecuada en el rango más bajo, supone un aumento del 7% en el total del recibo de la luz.