
¿Son caros los préstamos para comprar coche que ofrecen los concesionarios?
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Comprar un coche sigue siendo una operación de cierta envergadura para cualquier familia o particular. Existen dos opciones principales para la compra de un coche: la financiación y la compra al contado. Para la primera opción existen multitud de variantes y oportunidades; para la segunda, «simplemente» hay que disponer del dinero para efectuar la compra.
Este «simplemente» encierra más cuestiones que la obvia, ya que comprar un coche al contado no es más rentable, a priori, que hacerlo mediante la financiación. Un coche al contado, de hecho, tiene un precio más alto que ese que se propone desde el concesionario siempre que lo financiemos con ellos. En general, las tres opciones de financiación de un coche son los bancos, las entidades de crédito privado o el concesionario. ¿Cuál es la mejor?
Descartando el pago al contado
En primer lugar, y siempre en el contexto actual del mercado, pagar un coche al contado no tiene por qué salir a cuenta. Gracias a la competencia enorme entre financieras y concesionarios, las primeras han logrado precios que, en ocasiones, son más bajos que los del propio concesionario. Esto lo consiguen a través de descuentos iniciales muy interesantes que, como podemos imaginar, compensarán en gran parte gracias a los intereses de la financiación.
En el caso del pago al contado no podremos conseguir esos mismos descuentos, ni acercarnos siquiera, y podemos encontrar diferencias que pueden estar en el entorno de los 3.000 euros adicionales que abonaremos si pagamos «en el momento».
El «truco» de la financiación en el concesionario
Existen un buen número de bancos que ofrecen préstamos para coche muy interesantes. No obstante, el concesionario se cuida de ofrecer unas condiciones que, a priori, son mucha más atractivas para el comprador, por varios motivos. El primero de ellos es el mencionado «descuento exclusivo»: podemos encontrarnos con verdaderas gangas si aceptamos financiar parte de la compra del coche con ellos, reduciéndose el precio de venta total.
No es del todo acertado llamar trucos a lo que estamos describiendo. Más bien son condiciones que, como sucede con otro tipo de financiación o contrato, hemos de conocer bien antes de aceptar una compra. Por ejemplo, la publicidad de coches se basa en explicitar en una zona bien visible frases como «consigue tu coche X por tan solo 9 euros al día», o indican cuotas que son muy atractivas (250 euros, 300 euros mensuales…).
Tan solo si nos fijamos en la letra pequeña y en las condiciones para acceder a dichos precios nos daremos cuenta de que, por un lado, hay que dar una entrada (en una gran mayoría de casos) mientras se financia una parte del coche con el interés que fija la financiera; por otro lado, se indica una última cuota que puede ser muchas veces la cuota mensual. Pondremos un ejemplo concreto (real) de un coche sin mencionar la marca, ni el modelo:
- PVP: 19.900 euros.
- Cuota mensual: 110 euros.
- Condiciones: 47 cuotas, entrada de 6.362,53 euros y cuota final de 11.500,15 euros.
- Financiación: TAE del 6,75%
- Precio total a plazos: 23.166,7 euros (incluye comisión de formalización de 134,02 euros).
Además, cuando pasan esos 47 meses, es decir, en el mes 48, el cliente puede optar por devolverlo, cambiarlo o comprarlo pagando la cuota final. En el proceso, el precio habrá subido en realidad esos 3.266,7 euros a cambio de abonar la entrada y esos 110 euros mensuales que, sinceramente, «duelen» poco.
No todo es blanco o negro. Habrá ofertas escandalosas, otras con gastos y costes ocultos que debemos averiguar antes de comprometernos y, por supuesto, habrá casos en los que la financiación en el concesionario no nos salga rentable. No obstante, frente al posible alarmismo que se pueda crear diciendo que son mejores algunos préstamos de bancos frente a las financieras de los concesionarios, el consejo es sencillo: antes de comprometerse a nada es necesario solicitar varios presupuestos.
Y no solo debemos comparar condiciones entre un banco y una financiera de un concesionario, sino entre varios concesionarios de la misma marca. Nunca se sabe donde estará la verdadera ganga.